Se trata de un edificio imponente, dada su ubicación, entre estrechas callejuelas del barrio del Stijar. Se comenzó a construir en el siglo XVIII pero la solemne fachada barroca de sillería no se acabó hasta finales de siglo. Se trata de uno de los templos más grandes de la diócesis y se ha ido restaurando desde 1957 hasta la actualidad.