De finales del s.XV, aunque ciertos documentos la califican de más antigua. En su interior, destaca el retablo mayor, de estilo barroco-rococó, con influencias churriguerescas, construido a mitad del s.XVIII. En el mismo, cabe resaltar la imagen de la Virgen con el Niño, de estilo románico (finales s.XIII), además de la efigie de San Miguel, que preside desde lo más alto del retablo. En uno de los laterales, se halla un cristo crucificado, de la primera mitad del s.XVI. Otra joya, es el Cristo Yacente articulado, de la escuela del famoso escultor español Gregorio Fernández.