Descripción
HISTORIA Villa de la provincia de Zaragoza a 64 Km de la capital. Situada al pie de la Sierra de Herrera, en el somontano de la cordillera Ibérica. Los orígenes de Herrera de los Navarros datan del siglo XII. El núcleo más antiguo de la población se formó en torno a la desaparecida Iglesia de Santa María de la Cuesta. El nombre de Ferrera aparece por primera vez en 1128, cuando Alfonso I el Batallador concedió unas casas a García Aznar de Ferrera. En la plaza se levanta la iglesia mudéjar de San Juan Bautista, que ha sido declarada patrimonio de la humanidad. Llama la atención la fachada principal, con dos hileras de pequeñas ventanas con arcos de medio punto llamadas “escambrijas”. El edificio eclesial ocupa lo que fue antigua residencia de caza de Alfonso I el Batallador, el cual hizo repoblar estas tierras conquistadas a los musulmanes, así como las de nuestro vecino el Villar, con soldados navarros licenciados de sus tropas. Destaca la belleza de su torre de estilo mudéjar. La actual Iglesia es del siglo XIV, siendo edificada bajo el mecenazgo de Pedro IV el Ceremonioso. La obra fue realizada por expertos alarifes mudéjares. El actual cuerpo de campanas corresponde al siglo XVI. Sobre esta parte, se alzó un cuerpo octogonal, que fue eliminado en la reciente restauración. A unos quinientos metros del pueblo, en la partida de los Castellares, cerca de la Cueva de la Mora, hay unas interesantes ruinas de un antiguo poblado Ibero-romano. En él han aparecido restos de la época, principalmente cerámicas. NATURALEZA En sus alrededores se localizan lugares de incomparable belleza. La ermita de Herrera de los Navarros, lugar emblemático del municipio, se encuentra situada en el pico del Sistema Ibérico que lleva su nombre, a 1348 metros de altitud sobre el nivel del mar. El panorama que se divisa desde esta cima, justo en el límite entre las provincias de Teruel y Zaragoza, es sencillamente espléndido, en días claros, se avistan los Pirineos y, más allá de tierras aragonesas, territorios navarros y catalanes. Un frondoso bosque de pinos y encinas, salpicado de gran variedad de flores silvestres y plantas aromáticas cubre las laderas de este monte. Cuenta la tradición, que la Virgen se apareció a un carbonero llamado Martín, sobre una carrasca, y en ese mismo lugar se erigió la Iglesia. No hay datos concretos sobre la fecha exacta de esta aparición. Sin embargo, en los escritos del arzobispo de Zaragoza don Alonso de Aragón, hijo de Fernando el Católico, consta que a petición del pueblo de Herrera, se concedió licencia para edificar un templo a Nª Sª de la Sierra, el 27 de abril del año 1504. Desde aquí, la Virgen extiende su manto protector sobre toda la comarca, y sus habitantes la visitan con gran devoción. Muy cerca el huerto del tabaco y el paseo de los curas; y a pocos kilómetros la Fuente de Sancho Mancho y el paraje de Valdelafuén sorprenden a propios y extraños por su tranquilidad y atractivo. En el paraje de La Huerva, el sonido del agua y el paisaje de ribera, invitan al visitante a tomar un merecido descanso, divisando a lo lejos las ruinas de Luco, antiguo poblado celta. En otoño, el paisaje y la abundancia de rebollones en sus pinares son un importante reclamo para disfrutar de la naturaleza.