Portillo es un municipio y localidad de la provincia de Valladolid, en la comunidad autónoma de Castilla y León. El municipio pertenece a la comarca vallisoletana de Tierra de Pinares y está formado por dos distritos, Portillo y Arrabal. El primero se encuentra en lo alto de un cerro y el segundo a la falda del mismo. Del municipio destaca su excepcional Castillo del finales del siglo XIV, más recordado por sus nobles prisioneros (Álvaro de Luna) que por su participación en acciones de guerra. Además, Portillo cuenta con parte de la muralla que rodeaba el pueblo (siglo XIII) y conserva dos puertas de entrada, la más importante denominada popularmente como "Arco grande" y otra más pequeña denominada “Arco pequeño”. Portillo cuenta aún con tres de las siete iglesias que llegó a tener. La de Santa María La Mayor, actual parroquia de Portillo, es del siglo XVI y en ella destaca una escultura de la Piedad de la escuela de Juan de Juni, así como el retablo mayor de principios del XIV. Las otras son la de San Esteban, de época medieval aunque reedificada en el siglo XVIII (multiusos), y la de San Juan Bautista, del siglo XVI y actualmente convertida en recinto hostelero. En Arrabal de Portillo, podremos contemplar la iglesia de San Juan Evangelista, construida en piedra en el siglo XVI y actualmente parroquia del segundo distrito. Al lado de esta última, se encuentra la ermita del Ecce Homo y, a las afueras de Arrabal, en dirección a Valladolid, existe otra ermita, la del Santo Cristo, en piedra y de una sola nave, con una Cruz de piedra frente la puerta de entrada. Portillo resulta un pueblo acogedor, en el que poder pasar varios días disfrutando de su arte, su cultura y su entorno, ya que cuenta con un hotel rural y varios establecimientos de restauración en los que degustar los buenos platos de la cocina castellana. Portillo está declarado Zona Artesanal por su alfarería, también es muy conocido por sus dulces, el delicioso Mantecado de Portillo (zapatilla) y también destaca por la agricultura del ajo.