Bienvenidos a Seno, localidad del Bajo Aragón, situada en la cuenca del río Guadalope, lindando con la comarca del Maestrazgo, a 44 kilómetros de Alcañiz. Los numerosos yacimientos arqueológicos que se han localizado en el municipio permiten rastrear los pasos de los primeros pobladores de la zona, desde el Neolítico, pasando por las edades del Bronce y el Hierro. Destacables son el importante conjunto minero-metalúrgico de época ibera y los restos de una antigua villa romana en la partida de la Fuente del Salz. Seguramente de este periodo procede el nombre de la población, que se referiría al antropónimo “Senus”, aludiendo al dueño de un antiguo “fundi” o propiedad rural romana. Las primeras referencias escritas sobre la existencia del núcleo poblacional que hoy conocemos, se sitúan en el siglo XII, en la carta de población de Camarón, tras la reconquista cristiana de Alfonso II, quien donó estos territorios a la orden templaria y posteriormente a la sanjuanista, dentro de la encomienda de Castellote. La documentación de ambas órdenes se refiere a Seno como “castellar”, lo que hace suponer que la primera construcción y origen de la villa, fuera un torreón defensivo, seguramente templario. La dependencia de Castellote provoca largas pugnas, hasta que en 1674 Carlos II firma un privilegio de segregación de Seno, que no se hace efectivo hasta 1789, más de cien años después, cuando Carlos V le concede el título de villa. El núcleo urbano de Seno se encuentra sobre un collado o espolón, y se desarrolla en forma de anfiteatro, dominando todo el valle del Arroyo de Seno. Destaca entre su arquitectura la iglesia parroquial de Santa Elena, construida sobre la antigua iglesia de Santa Cruz. Llevada a cabo por el maestro de obras Juan Espada, en estilo tardobarroco con rasgos ya neoclásicos, en su fachada se observa la inscripción “Charitas me fecit. 1763-1771”, que nos indica la fecha de construcción del templo. De planta rectangular y tres naves a la misma altura con pilares dobles, sigue el estilo de la basílica del Pilar de Zaragoza y la iglesia colegial de Alcañiz. La torre, situada a los pies, presenta rasgos mudéjares como el uso del ladrillo y el desarrollo en dos cuerpos, que combinan la planta cuadrada con la octogonal. Recientemente se ha restaurado la campana, originaria del siglo XVIII. Al interior llaman la atención las pinturas del presbiterio, que representan a las ocho mujeres del Antiguo Testamento y Santa Elena, y la cúpula del Espíritu Santo. Situada en la misma plaza, junto a la iglesia parroquial, se encuentra la Casa Consistorial. Se trata de un edificio de dos pisos, con lonja en la zona inferior, definida por dos arcos de medio punto, que era usada tradicionalmente como trinquete para jugar a la pelota-mano. Fuera de la población se encuentra la ermita de San Valero, patrono de la localidad, construida en 1700 en estilo barroco. Se conservan algunos cipreses de lo que constituiría su antiguo viacrucis. Junto a la ermita se sitúa el Pozo del Santo, de propiedades curativas, cuyas aguas brotan a 15º durante todo el año. Cuenta la leyenda que San Valero, de camino a su destierro, visitó estas tierras, y ante la falta de agua, golpeó con su bastón el suelo e hizo brotar el manantial. De éste se nutre el brazal llamado “Salién”, el lavadero que se encuentra tras el ayuntamiento y el antiguo molino harinero. En el entorno de Seno, aunque en el término municipal de Castellote, se encuentra el conocido como "Paraje de los Fantasmas", un conjunto de montañas de origen volcánico y color rojizo que por su belleza cromática siempre han sido conocidas en la localidad por ese nombre. Cuenta la leyenda que en las noches de luna, las montañas semejan un conjunto de monjes agrupados, de aspecto fantasmal Más información: http://www.fqll.es/catalogo_listado.php?catalogo=1&poblacion=16