Descripción
Beratón es el último pueblo de la provincia de Soria, a 8 kilómetros de la vecina localidad zaragozana de Purujosa, en la comarca aragonesa de Aranda, todavía dentro del Parque Natural del Moncayo. El municipio vecino soriano de Beratón –en la otra dirección- es Cueva de Ágreda, también a una decena de kilómetros.
La carretera de acceso más cómoda para llegar a Beratón es, precisamente, la que viene de Cueva de Ágreda, la provincial SO-P-2016, que se coge desde la vía autonómica C-101 (Ágreda-Almazán), en un cruce que hay entre el puerto del Carrascal y la localidad de Ólvega.
Desde la provincia de Zaragoza, a Beratón se accede por la ‘rayana’ Purujosa, a través de la estrecha carretera local CV-630 que arranca desde la localidad de Calcena (a 15 kilómetros de distancia). Antes, se pasa por los pueblos Trasobares y Tierga, en la carretera A-2302; y por Tabuenca, en la carretera A-1301, a la que se llega desde Borja (N-122) o Fuendejalón (A-121).
La aproximación hacia Beratón se hace por la carretera N-122, desde Zaragoza, el Campo de Borja, Tarazona, Ágreda o Soria capital; por la ya mencionada C-101, cuando se viene desde Almazán y Medinaceli; o por la carretera A-121 que une las localidades aragonesas de Ricla y Magallón. La aproximación también puede hacerse por la N-234 desde Calatayud, o por la N-113 si se llega a Ágreda desde las riberas navarra y riojana.
PUNTO ESTRATÉGICO Y PAISAJE EXCEPCIONAL
La sierra del Moncayo se levanta en un punto geográfico donde confluyen tierras de Soria, Zaragoza, La Rioja y Navarra, en un espacio natural caprichoso y excepcional, al borde de las tierras ribereñas y llanas del Ebro, y donde se recuesta la barbacana meseta castellana. El resultado, en una ‘rinconada’ de cruce de culturas y de disputas entre los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, es un rico puzzle de vegetaciones y paisajes propios de microclimas oceánico o mediterráneo, de alta montaña o de meseta cerealista, todo ello en un puñado de kilómetros cuadrados.
El encrestado paisaje serrano de Beratón, en el corazón del Moncayo, y abrazado por el Parque Natural localizado en la provincia de Zaragoza, es su principal aliciente. El pueblo más alto de Soria se asienta a los pies de la silueta más imponente del Moncayo; y se asoma a una sucesión de espectaculares crestones calizos, estribaciones que anteceden al cercano pico San Miguel (2.315 metros) y a otras cumbres que superan los 2.000 metros.
En el término de Beratón nacen los ríos Araviana e Isuela. El primero surge a más de 1.600 metros de altura, en el paraje llamado ‘Collado del puerto’. El segundo se dirige hacia Purujosa después de horadar el paisaje y conformar unos soberbios cortados rocosos, que aparecen de repente, nada más salir del núcleo de Beratón.
En cuanto a la vegetación, los bosques de rebollos, carrascas y encinas conforman el principal paisaje, entre pastizales, manchas de chopos y arbolado de ribera. Aunque también pueden verse en la sierra pinos o algunas hayas, entre otras manchas frondosas. La mitad del término de Beratón está protegido a través de la Red Natura 2000, con las categorías de Lugar de Interés Comunitario (LIC) o de la Zona de Especial Protección de Aves. Sin embargo, la zona soriana del Moncayo, y por tanto Beratón, queda fuera de la declaración de Parque Natural que sí existe en la parte aragonesa y que rodea al último municipio soriano.
Beratón es un pueblo agrícola y ganadero (varios rebaños de ovino), con una pequeña producción artesanal chacinera. Hace décadas hubo ganado vacuno extensivo, miles de cabezas de ovejas y hasta una pequeña tejera. Como tantas otras poblaciones del medio rural, Beratón acoge la segunda residencia de familias que trabajan y viven en grandes ciudades; y busca en el aprovechamiento y puesta en valor de sus recursos endógenos, en los servicios o en la potenciación de un incipiente turismo, las claves para garantizar el futuro desarrollo y la supervivencia de la localidad.
Beratón, que dista 70 kilómetros de Soria y 140 de Zaragoza, cuenta con 40 habitantes. Una reducida población pero estabilizada en los últimos años, que llegó a sumar unos 430 vecinos en la primera mitad del siglo XX.