Presidiendo la antigua Plaza Ducal, este templo está dedicado a la patrona de la localidad, Nuestra Señora de las Virtudes. Su origen se remonta al s. XVI, si bien la actual parroquia es fruto de su reedificación en el s. XIX. De planta de cruz griega, con una gran cúpula vaída y torre en situación posterior, cuenta entre sus riquezas artísticas con imágenes de los siglos XVII y XVIII, pertenecientes a otras ermitas de la localidad desaparecidas en su mayoría. Cabe destacar su retablo de cerámica, obra del artista sevillano Enrique Orce.