El manantial de la Gándara fue redescubierto en el 1872 por Sabino Enrique. Las primeras obras para su análisis y acondicionamiento permitieron comprobar que había restos de caños que hacían suponer la existencia de anteriores explotaciones. La fontana se colocó en un lugar espacioso, limpio y de fácil acceso y con el tiempo se construyó una fuente de hierro fundido y una cubierta realizada por el taller de Antonio Sanjurjo Badía . Esta nueva estructura protegía a los agüistas de las inclemencias climatológicas. También se cercó con una reja de hierro y se contrató a una persona para que administrara las aguas en vasos graduados a los enfermos. Para darle una apariencia acorde con el lujoso aspecto del Gran Hotel se realizó una remodelación en el espacio de la fuente. Este proyecto fue encargado por los Sres. Palacios y Otamendi y en él se destacaban dos partes claramente diferenciadas; una destinada a la fábrica de embotellado y otra para tomar las aguas. El edificio tenía una altura de 28 metros y se remataba con una cúpula de bronce y cristal apoyada sobre numerosas columnas. La Fuente de Gándara será el símbolo del balneario a partir de entonces, convirtiéndose en un lugar de culto a la salud.