Se encuentra situado muy próximo a la ermita de Triguás. Desde este mirador podremos contemplar una amplísima y preciosa vista del río Sil serpenteando a su paso por la localidad.
La ermita de Triguás es una de las más conocidas ermitas de una zona en que la arquitectura religiosa se despieza en múltiples ejemplos. La despoblación de esta comarca provocó que se dejase de celebrar la romería en Triguás, el 12 de septiembre, Dulce Nombre de María.
Era una romería multitudinaria por el compromiso de esta virgen de sanar el dolor de muelas, el vino a raudales o la comida campestre que se completaba de un postre riquísimo: los barquillos. La fiesta se prolongaba hasta altas horas de la madrugada para los jóvenes en edad de “mocear”.
La ermita de Triguás esconde una interesante leyenda: la historia de las Tres Santas. Se dice que esta ermita se construyó en honor a una santa, la Virgen de Triguás, que tenía otras dos hermanas tocadas por la santidad, Alenza y Cadeiras. Por este motivo, en el momento de su muerte se levantaron otras dos ermitas desde lugares que pudieran contemplar la Ermita de la Virgen de Triguás. Así pues, Alenza en Castro Caldelas (Santa María dos Remedios) y Cadeiras en Sober (Nuestra Señora de Cadeiras) forman un triángulo para la eternidad. De esta manera se cumple el dicho de que “las tres santas se ven entre sí”.