Data del S. XVIII, dicha ermita fue construida en agradecimiento a su patrón San Roque, tras la epidemia de la peste y alberga la imagen del patrón. Tiene una única nave. En su exterior destaca el cuerpo de la cabecera que se cubre a cuatro aguas. En uno de sus laterales se encuentra un contrafuerte que alberga una campana.
Guarda las calderas para cocinar la carne de las vacas, lidiadas por los mozos y conducidas con sogas por las calles del pueblo antiguamente eran sacrificadas en la ermita, al pie del Patrón San Roque, repartidas al pueblo en caridad. Se guarda en ella la vieja caldera de 1853, hecha por Sesarino, descendiente del Sesarino napolitano que también hizo la de 1576, siendo la actual confeccionada en 1992 con donativos del pueblo