Al aproximarnos al montículo sobre el que se asienta el pueblo destacan, en el corazón del núcleo urbano, dos torres que formaron parte de una fortaleza medieval que estaba adscrita a Quesada y que, pasado el ecuador del siglo XIV, en 1361, fue saqueada e incendiada en una razzia de tropas árabes del reino de Granada.
La torre del Reloj, erigida a finales del siglo XIV, tiene unos doce metros de altura. Se asienta sobre zócalo de piedra, es cuadrangular, su sillería no es totalmente regular, se distribuye interiormente en cuatro niveles, conserva el almenado y también, en dos de sus caras, balcones con función de matacanes; en otra, ménsulas de matacán; mientras que en la del noroeste se ha colocado un reloj que le da nombre, donde primitivamente estuvieron ubicados el matacán y sus ménsulas.
En 1985 fue declarada Bien de Interés Cultural.