Es una taberna de tradición familiar, en la que se sigue apostando por platos típicos de la localidad. Fue fundada en 1969 por Antonio Berral Graciano, «El Niño Los Cabos». Creó escuela en su humilde cocina popularizando platos como el Crispín, una versión distinta al Flamenquín, hecho con merluza y bechamel y decorado con salsa de tomate y mahonesa. Además también destaca el Cipotillo, un pinchito con chorizo, pimiento y beicon, que consiguió hacerlo popular en nuestra población.