Las chimeneas de las antiguas fábricas de alcohol son grandiosos monolitos que decoran el paisaje urbano de la ciudad.
En la época de apogeo llegaron a funcionar en Tomelloso más de cien. Con una altura de hasta 45 metros, servían para dar salida al humo de las grandes calderas que, mediante la combustión de leña o carbón, proporcionaban la temperatura adecuada para el funcionamiento del serpentín de destilación de las antiguas alcoholeras.
Las chimeneas hoy son bienes a conservar, como elementos característicos de una arquitectura industrial pertenecientes a una etapa pasada, signo y memoria de la industrialización de Tomelloso.
Se pueden visitar incluso de noche, pues están iluminadas.
“El caminante que se acerca a Tomelloso desde cualquier punto cardinal, comienza a verle leguas antes de pisar sus cascajales como un blanco y largo pañuelo tendido sobre la tierra parduzca y calcinada… y las delgadas chimeneas de las fábricas de alcohol, que deslían con mansedumbre de humo lento y rozagante, que repta unos momentos hacia el cielo, para enseguida, en invisibles vedijas, fundirse con el tono azul del cielo de la Mancha.”
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
“Historia de Tomelloso”