Nombre
Cerro de Sopeña y Castillo de la Estrella
Dirección
Paseo Sopeña, 38, 12400 Segorbe, Castellón, España
Descripción
Magnífico lugar de paseo con vistas al valle del Palancia y la Sierra de Espadán, que tras un recorrido llano y entre el característico aroma de los pinos llegaremos al angosto camino que culmina en el cerro del Castillo o de Sopeña, donde contemplaremos un espléndido panorama. A sus pies la población, la vega y su fértil huerta, el contrapunto del cerro de San Blas y a sus flancos las cadenas montañosas de la Calderona y Espadán. El horizonte es grandioso, quizás su contemplación le deje maravillado.
El poder pone de manifiesto la vulnerabilidad del hombre, e imprime sobre el que lo ostenta el miedo a perderlo. Toda fortificación construida es símbolo de ambas cosas. Si a esto le añadimos el afán de inmortalidad que conlleva el poder, ya podemos hablar con propiedad de la historia del hombre, con sus logros y miserias.
El Cerro de Sopeña, es decir, aquel lugar que fue el centro de poder del Alto Palancia durante más de 1000 años, habitado únicamente por reyes y nobles, rodeados de gruesos muros, torres de vigilancia y hombres armados para su defensa, hoy en día presenta un aspecto que en nada recuerda a la imagen idealizada que de él nos ha llegado a través del altar mayor de la Catedral (de Vicente Macip).
Junto a los restos de la última reconstrucción, ya en el s. XIX, en plenas guerras carlistas, se elevan sobre su cima numerosos pinos ya entrados en años, dedicados únicamente a dar sombra a un maravilloso paseo que lo recorre y que lo convierte de nuevo en el lugar más privilegiado de Segorbe, con una diferencia sustancial sobre otras épocas: Esta vez ya no hay reyes ni nobles temerosos de su destino, sino ciudadanos de a pie en busca de las caricias del viento en primavera; o de la sombra que siempre sonríe en verano; o del sonido que el paso lento produce sobre las hojas del otoño; o incluso de la soledad del silencio de los inviernos, nada de lo cual tuvo ni tendrá dueño.
Los hallazgos arqueológicos más antiguos fechan hacia el 15000 a. de C. los primeros asentamientos humano sen el Cerro de Sopeña, si bien no hay referencias escritas dominación árabe, su poniéndose que en épocas anteriores a éstos, y dada su situación estratégica, íberos, romanos y visigodos se encargarían de proteger dicho enclave. La dominación árabe transformó por completo días la ciudad, permaneciendo hasta nuestros días la disposición de sus estrechas y sinuosas calles en el interior de la muralla.
Durante el s. XI, Segorbe aparece como una auténtica ciudad amurallada, permaneciendo en poder de los musulmanes hasta la segunda mitad del s. XIII.
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