En la calle Mayor, formando esquina con el callejón de la Casa de la Vila, se levanta majestuosa la Casa-Palacio de San Juan y después Casa de Miralles. Su dueño, Ramón San Juan, rico mercader y notario, la concertó en 1452 con los canteros Pedro Crespo y Luis Bellmunt.
De estilo gótico, fachada de sillería con ventanas ojivales y arcadas interiores apuntadas, fue digna de figurar en la representación de edificios notables de España de la emblemática Exposición Internacional de Barcelona en 1929.