Descripción
El poblamiento humano de algunas de las zonas del término de Bechí se remonta a la Edad del Bronce. Destacan los poblados de Conena y los Castellets que, posteriormente, se abandonaron y se trasladaron a otras ubicaciones a la cumbre del Solaig. Tanto este yacimiento como el de San Antonio pertenecen a la cultura ibérica desarrollada a partir del siglo IV a. C. Los materiales asociados a estos núcleos son, fundamentalmente, cerámicas; pero hay dos que destacan. Por un lado, el plomo escrito del Solaig, una lámina de 31 centímetros de longitud por 3'5 cm. de anchura, escrito por ambas caras con caracteres iberos levantinos, datada aproximadamente en el siglo II a. C. Por otro lado, hay que citar el bronce de San Antonio, el único texto escrito sobre bronce que existe en la Comunidad Valenciana y que en la actualidad se encuentra al Museo de Prehistoria de Valencia. Con la romanización, la población abandonó los asentamientos elevados y se trasladó al llano, donde se ubican vestigios en el Torreón y la importante obra hidráulica de la Bassa Seca, de la cual únicamente se conservan algunos restos. En la época musulmana se produjo la consolidación de la actual ubicación del núcleo habitado, formado por pequeñas alquerías alrededor de la primitiva fortaleza. El nombre árabe del lugar, Bayī, es el gentilicio «bejí», correspondiente a la ciudad de Beja, quizá porque un personaje relevante de la localidad procedía de allí. Los datos históricos se refieren al año 1233, cuando, con la rendición de Burriana, se inició la conquista de los territorios de la Plana por el rey Jaime I. En este momento se debió de producir la capitulación de Bechí, junto con los castillos de Onda, Nules, Uxó, Castro y Almenara. La nueva dominación, con la llegada de poblamiento cristiano, no fue obstáculo, pero, para la pujanza de la economía de los pobladores musulmanes, que mantuvieron sus propiedades. En este periodo se inició la etapa del señorío que, tras pasar por varias familias, condujo a la constitución, en 1396, de la baronía de Bechí bajo el patrimonio de los Ruiz de Liori, hasta el año 1510. Sanç Rois de Liori fue el primer barón. En 1492 se casó Elisabet Rois de Liori con Alfons de Cardona, desde entonces la baronía de Bechí quedó unida a los señores de Guadalest. Durante el siglo XVI, el señorío de Bechí, representado por Sanç Cardona y Ruiz de Liori, se caracterizó por un gran desarrollo demográfico y un aumento de los cultivos agrícolas del algarrobo, la viña, el olivo, la morera, el cáñamo y los productos de huerta. Aun así, el periodo también vivió las convulsiones derivadas de las revueltas de los agermanados contra el poder de los nobles (1519-1521) y las insurrecciones moriscas de la Sierra de Espadán (1525). La expulsión de los moriscos provocó efectos catastróficos causando un fuerte despoblamiento y una crisis agraria por el abandono del cultivo de las tierras. En este año la población era de 160 casas de moriscos y 37 de cristianos viejos. La expulsión tuvo como consecuencia la despoblación casi total del municipio. Esta situación se prolongaría al menos hasta el 1611, cuando el señor Antonio Cardona, en nombre de su hermano Felipe Cardona y Borja Ruiz de Liori y Jurel, firmó las capitulaciones de la Carta Puebla. A finales del siglo XVII los señores de Bechí pasaron a ser los marqueses de Ariza. Durante el siglo XVIII, la villa experimentó una etapa de expansión demográfica que, en la vertiente económica, se tradujo en la introducción de la agricultura comercial basada en el aprovechamiento del cultivo del algarrobo y la viña. Tras la Guerra de Sucesión, Bechí vivió una nueva época de expansión demográfica y económica fruto de una relativa ampliación de las tierras de cultivo, principalmente de huerta, con el cáñamo, los cereales y las hortalizas, aun cuando, por muchos años continuaría el dominio de los cultivos de secano, fundamentalmente del algarrobo, con el aumento los cultivos de viña y olivo. En esta época se produce la introducción de la industria cerámica. Finalmente, también podemos mencionar las actividades de transformación minera llevadas a cabo en San Antonio con la extracción de mármol negro o las de cinabrio en el Solaig y Montserrat. El XIX fue también el siglo del conflicto carlista y de la "Gloriosa" Revolución de 1868 que más tarde dio lugar a la I República (1873), acontecimientos a los cuales Bechí no fue ajeno. El final de siglo vio, como el resto de la Plana, la introducción del cultivo de la naranja y la sustitución progresiva de los cultivos de huerta. La explotación de las aguas subterráneas y el auge de las sociedades de riego favorecieron el proceso de ampliación de los cultivos de regadío orientados al comercio. En el plano eclesiástico, desde el siglo XIX ha pertenecido a tres diócesis: la de Teruel, en 1957 a la de Tortosa y desde 1960 a la de Segorbe-Castellón.