Descripción
Anteriormente a la Reconquista, el Castillo de Montornés constituyó uno de los más importantes feudos árabes en estos territorios. No constan noticias sobre su destrucción y las causas que lo motivaron. No obstante, se conoce que el Castillo fue habitado hasta finales del siglo XV, como se deduce por su nombre, pertenecería al linaje de los Beni Qásim ("hijos de Qásim") que ocupaban el castillo de Montornés antes de la conquista cristiana, primero por el Cid Campeador y finalmente por el rey Jaime I de Aragón. El día 29 de noviembre de 1242, Jaime I donó el Castillo de Montornés y estas tierras a su escribano D. Pedro Sanz, en compensación a los servicios prestados en la Reconquista. Las Baronías de Benicásim y de Montornés fueron frecuentemente objeto de donaciones, herencias o ventas entre los nobles de la zona. Una prueba evidente la tenemos en la notable cantidad de propietarios que enseñorearon el lugar desde 1242 a 1603. Así, en 1249, la Baronía de Montornés aparece en manos de Jacchesio Sancii, al que el rey otorgó permiso para la venta del señorío. Posteriormente, aparece como dueño de la baronía Don Pedro Ximén, que presumiblemente se la compró a Jacchesio Sancii. Más tarde, Alfonso III, dio Montornés, la Casa de San Vicente y todos sus dominios al Monasterio de Poblet. La poca rentabilidad de estas tierras, por un lado, y las abultadas deudas que tenían los de Poblet, por otro, hizo que los monjes vendieran a Jaime II, en 1297 la Baronía de Montornés y la villa de Castellón por 290.000 sueldos. En 1333, aparece como señor de la Baronía de Montornés, Don Juan Ximén hijo de Don Pedro Ximén de Arenós, que posiblemente le sucedería en representación del rey Jaime II. Se desconoce exactamente cuando, pero en documentos posteriores aparece mezclada la Baronía de Montornés con "el lugar de Benicasim". Así tenemos como Montornés, que ha pasado nuevamente a poder real, es donado por Alfonso V, en 1416, al Obispo de Vich, Alfonso de Thous. Muerto Alfonso de Thous en 1420, fue adquirida la baronía por don Gilberto de Centelles, que era entonces señor de Nules. De los Centelles pasó al patrimonio real hasta el 24 de febrero de 1467 en que Juan II lo traspasó a su Vicecanciller Juan Pagés y durante más de cuarenta y ocho años ejercieron los Pagés su jurisdicción sobre Montornés y tierras de su demarcación. Nicolás de Casalduch adquiere el señorío por compra a los Pagés. Por herencia pasó a doña Violante de Casalduch quien el 9 de septiembre de 1603 otorgó Carta Puebla a fin de repoblar esta zona, muy castigada por los continuos ataques y saqueos de corsarios y berberiscos. Tal medida no obtuvo los resultados apetecidos, y tan sólo unos pocos pobladores se asentaron en la Baronía. En este sentido, existen claros vestigios de cuatro núcleos pequeños de población, dos de ellos buscando el refugio de las montañas, uno en las tierras fértiles, muy cerca del actual casco urbano, y finalmente un pequeño núcleo marinero, frente a la Torre de San Vicente. La decisión de Don Francisco Pérez Bayer en 1769 de fundar una iglesia en este lugar, constituyó el impulso definitivo a la configuración de Benicássim como pueblo. A Pérez Bayer se le califica frecuentemente como fundador de Benicássim y realmente, no había nacido aun cuando Benicássim fue fundado por Doña Violante de Casalduch. No obstante, Pérez Bayer tuvo el mérito de aglutinar alrededor de la iglesia que fundó, a todos los vecinos de Benicássim, hasta entonces diseminados en pequeños núcleos de población, y en masías. El progreso fue lento en principio, pero espectacular a partir de 1850. Benicássim ha sido una de las poblaciones pioneras en España como centro turístico. Así en 1887 se construye la primera villa de verano. El gran auge que tomó Benicássim a principios de siglo, le valió posteriormente el calificativo del "Biarritz de Levante". Desde la primera construcción hasta hoy, Benicássim ha sufrido una profunda transformación basada exclusivamente en el turismo. Actualmente Benicássim ofrece una capacidad receptora de