La desembocadura del Mijares tiene como una de sus características que en su tramo final se forman gargantas, a saber, zonas profundas en las que se acumula el agua. En éste caso particular se forman en la zona contigua a la playa y quedan separadas del mar por una restinga de cantos.

Se mantienen todo el año alimentadas tanto por agua de lluvia, como en ocasiones de grandes oleajes, por agua de mar.

El gobierno municipal ha diseñado una ruta de manera tal que se puedan visitar las 3 que actualmente existen, siendo una de ellas la desembocadura misma del río que ha quedado totalmente abierta después de las últimas lluvias.  

La senda transcurre por los estrechos caminos que se han ido abriendo para aprovechar las tierras para cultivo, es una zona laberíntica, por lo que hay que seguir las señales del sendero.