El Fort de Sant Cristòfol

Calle Camino Norte, 12110 Alcora, Castellón, España

964033099

La comarca de l’Alcalatén fue escenario de importantes hechos bélicos durante la Primera y Tercera Guerras Carlistas. Tanto en Llucena como en l’Alcora hubo confrontaciones armadas entre ambos bandos, y como consecuencia de ello, se rehabilitaron antiguas fortificaciones (como las murallas medievales de Llucena), o se construyeron otras ex novo, como el fortín de Sant Cristòfol, en l’Alcora, junto a la ermita homónima que domina, desde lo alto, el caserío urbano de la capital de l’Alcalatén. El monte de Sant Cristòfol tiene un valor estratégico de primer orden para la defensa de l’Alcora y la ruta hacia Llucena, ya que por sus inmediaciones discurre el antiguo camino de herradura que comunica ambas poblaciones. Por dichos motivos, este enclave fue codiciado en las contiendas bélicas del siglo XIX. Erigido por el bando del pretendiente durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840) el fortín de Sant Cristòfol fue escenario de un hecho de armas el 21 de marzo de 1838, cuando el general carlista Cabrera, El Tigre del Maestrazgo, detuvo el avance del general isabelino Borso di Carminati, que había partido desde Castellón al auxilio de Llucena, plaza liberal sitiada por los carlistas. El fortín de Sant Cristòfol volvió a jugar un importante papel en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), durante la llamada Batalla dels Barrancons, en junio de 1874, tras la cual las tropas carlistas ocuparon l’Alcora por espacio de menos de un año, puesto que en mayo de 1875 entran victoriosos los ejércitos del bando liberal. Por último, aunque no tenemos más noticias de su utilización en otros enfrentamientos bélicos, es de suponer que la fortificación fue aprovechada también durante la Guerra Civil de 1936-1939, dado su aludido carácter estratégico. Actualmente solo quedan algunos restos de los que forma parte una puerta de entrada al recinto y varias aspilleras. Junio de 1975.- El Ministro de la Guerra, D. Joaquín Jovellar Jover, envía a la villa alcorina al brigadier Chacón, “para construir las obras de defensa de su bien situada ermita de San Cristóbal”.