Fue encontrado en 1984 en el poblado céltico de la segunda Edad del Hierro en la Sierra de la Martela. Está datado en el s. IV a.C. y se expone en el Museo Arqueológico de Badajoz.
El tesorillo, de 25 gramos de peso, se compone de tres placas de oro labrado y un colgante en forma de bellota del mismo metal. Su factura puede deberse a artesanos locales, con fuerte influencia estilística de tradiciones orientales o mediterráneas, que se reflejan en el empleo del repujado y la filigrana en el acabado de las joyas.
En la excavación del yacimiento se recuperaron útiles de hierro, cerámica negra estampillada, monedas y restos de muros.