Las piletas de salazón se encuentran localizadas a los pies de la Ermita de San Sebastián y corresponden a los siglos I y II d. C, coincidiendo con la promoción de Abdera a municipio romano. Se trata de unas balsas de forma y construcción clásica, con la distribución de piletas en hileras y un pasillo central de servicio, donde trabajaban esclavos y libertos. Formaban parte de una factoría más amplia y eran utilizadas para la elaboración de salazones y salsas de pescado, productos muy apreciados en todo el imperio romano. Junto a ellas aparecieron restos de arpones, anzuelos, anillas y clavos relacionados con dicha actividad.