San Vicente de la Barquera está enclavado en el Parque Natural de Oyambre, espacio natural protegido que cuenta con una extensión de casi 6.000 hectáreas y las más bellas vistas de todo el litoral cantábrico, con un telón de fondo perfecto, los picos de Europa.

En sus casi 41 kilómetros cuadrados, San Vicente de la Barquera hace gala de un destacado patrimonio monumental, gran importancia histórica, un excepcional medio natural, una reconocida gastronomía y una profunda tradición popular. Además, siempre ha sido un importante paso obligatorio en la ruta costera del camino de Santiago.

El puerto costero del pueblo es uno de los más importantes de los alrededores y la vida de muchos de sus habitantes giran alrededor de las olas y el salitre.

Los primeros datos históricos de los que se tenga constancia sobre la Muy Noble y Muy Leal Villa de San Vicente de la Barquera, datan de la época romana, en la que, según parece, los orgenomenescos, una tribu de cántabros, utilizaba el municipio como salida al mar. En el siglo VIII, Alfonso I repobló y fortificó la villa y Alfonso VIII propició el desarrollo de la misma dotándola de privilegios por medio de los Fueros.

San Vicente de la Barquera se sitúa en torno a las rías de Rubín y Pombo, dos largos brazos con los que el mar acuna a la población, dos motivos más para visitarla junto al que ya ofrecen sus playas, dignas de un enclave con aroma a mar, a saber marinero y a jarcias recién recogidas.

Si decides visitar San Vicente de la Barquera, obtendrás a cambio naturaleza, vida, terraza y mar. La población agasaja al visitante en su estancia, no en vano, más de la mitad de sus habitantes se dedican al sector terciario y podemos asegurar que el trato es inmejorable, cálido y próximo,

¿Te apetece una escapadita? Pues el destino ya lo tienes.

Por Txema Tirado, a 17-7-2017