Seguro que has usado esta expresión muchas veces para referirte a que algo no es tan sencillo como parece, pero ¿Conoces su origen?

Su historia se remonta al asedio de Zamora por el Rey Sancho II de Castilla en el año 1072, ciudad en poder de su hermana Doña Urraca que tras el reparto testamentario de su padre, supuso la disputa de ambos, dada la inconformidad de Sancho, se fraguó una batalla fraticida que, lejos de durar una hora, duró cerca de siete meses, donde, según cuenta la leyenda, el Rey murió asesinado a manos de Bellido Dolfos, un falso desertor de Zamora que consiguió ganarse la confianza de Sancho II hasta el momento de estar a solas con él y poder asesinarlo.

Este regicidio según cuentan los historiadores, cambió nuestra historia, y por ello ha supuesto un gran recurso para cientos de escritores, hasta llegar a nuestros días como una mera expresión al uso.

Así pues, a día de hoy utilizamos este dicho para dar a entender a nuestros receptores que algo no es tan sencillo como se piensa o que hay que tener paciencia para conseguir algo, pero ahora ya sabes de donde viene y que se trata de una frase ligada a un pasado oscuro en un enfrentamiento entre hermanos que desencadenó un cambio en la historia de nuestro país.

Aún así, por suerte, ya no hay ningún peligro de asedio en Zamora y por ello desde Prepara tu escapada, te invitamos a visitar y conocer esta fabulosa y preciosa ciudad rodeada de murallas y custodiada por el río Duero, la cual se conoce como “La bien cercada” y cuyo casco antiguo está calificado como conjunto histórico-artístico desde 1973.

Por Juan Safont, a 21-3-2018